Por Liliana desde Colombia
Mi mamá es toda una señora, pero mi hermana... ¡¡¡mi hermana es una hija de puta!!! Sé que suena terrible y, muchas, pensarán que decir algo así es antinatural o incluso pecado. Hay que amar a los hermanos.
El amor fraternal jamás puede darse siendo en singular no más. Aunque una ayude, proteja y excuse a su hermana, si la otra solo sabe odiar, el amor es imposible. ¿Alguna se siente identificada? Tal vez hasta aquí muchas lo hagan, sin embargo, ojalá que al final de la columna ninguna encuentre su realidad reflejada en mi relato.
El amor fraternal jamás puede darse siendo en singular no más. Aunque una ayude, proteja y excuse a su hermana, si la otra solo sabe odiar, el amor es imposible. ¿Alguna se siente identificada? Tal vez hasta aquí muchas lo hagan, sin embargo, ojalá que al final de la columna ninguna encuentre su realidad reflejada en mi relato.
De niña deseaba que la actitud de mi hermana cambiase con el tiempo, siempre había hermanos que se adoraban y me decían que de pequeños llevaban fatal. Eso me daba esperanza.
Siendo adolescente no paré de poner la otra mejilla, una y otra vez, perdoné lo imperdonable con la ilusión de encontrar un solo gesto que significase el inicio de una relación de hermanas. Hice todo cuanto estaba en mis manos por lograrlo, incluso dejé de lado mis sueños para que ella tuviera la carrera que deseaba. Pero su desprecio por mí crecía y crecía cada vez más.
Cuando ya de adultas quise hablar con ella y comprender el porqué de su odio, jamás me dio una explicación más allá que la de "Tú ya sabes lo que me hiciste en otra vida". Miren que tengo buena memoria, pues como que tan atrás no me alcanza. ¿No me creen? Ella tampoco.
Su teoría de que mi karma es sufrir su venganza, tal vez tendría sentido si fuese mezquina solo conmigo, pero no es así, sus sonrisas forzadas siempre esconden hostilidad. Todos cuanto la quieren y la han querido, todos cuanto la ayudan y la han ayudado, terminan siendo seres despreciables para ella. De su boca han salido palabras tan ingratas que helarían el mismísimo infierno.
Que existan hermanos malvados no será tan raro cuando el primogénito de Adán y Eva fue Caín, un asesino rencoroso. Dicen que en la Biblia están todas las respuestas, si es así, que mi hermana me diga que lleva toda su vida deseando mi muerte no será tan antinatural como parece... Por más que me duela aceptarlo, más me vale pasar el resto de mis días lejos de ella si no quiero terminar como Abel. Me quiere muerta, me lo ha dicho y me lo ha demostrado.
¿Debería seguir tratando de ser buena hermana y poner la otra mejilla? Eso es lo que siempre me ha dicho el corazón. Llevo desde que tengo uso de razón buscando la bondad en mi hermana, sin embargo, hoy, el sentido común me dice a gritos que su alma ponzoñosa está cargada de maldad, ¿seré también yo otra hija de puta por pensar eso?
Corazón o sentido común, ¿qué voz escucharían ustedes?