Bueno, como han leído, mi amor por los animales es… desbordante. Tanto así que hay ciertas cosas que hago, desde siempre, y son parte de mi personalidad animal lover. A ver si ustedes concuerdan con algunas o más de algunas.

1.- No veo películas de animales. Menos si son los protagonistas. Podría llorar días.
2.- Asimismo, suelo estresarme en escenas donde hay involucrado algún animal, donde suelo preguntar: “Ya, ¿pero se salvó el caballo?”
3.- Saludo a los perros, gatos, pájaros que se cruzan en mi camino. Tiendo a decirles “Hola” y si voy con mi novio el hace la voz del animalito contestando... lo sé, par de ridículos.
4.- No puedo no acariciar un animal. Si usted va con un perro y está cerca, me acercaré a acariciarlo. Así lo hago con los caballos de Carabineros, con los perros, con gatos (a los que llamo insistentemente). Una vez me acerqué hasta a un ratón que apareció por una rejilla, pero sentí el brazo fuerte de mi papá jalándome y diciendo: “¿Que no puedas no tocar?”
5.- Si sé que alguien que conozco (o que no conozco, como me ha pasado estos últimos años) ha perdido a su mascota, no puedo evitar llorar como si lo hubiera perdido yo.
6.- Si de derechos animales se trata, puedo no ser objetiva. No avalo ninguna muerte provocada por la inoperancia y/o maldad humana. Ejemplo: Muertes en zoológicos porque se meten (o caen) humanos en las jaulas. La tónica estas últimas semanas.
7.- Todo lo que tenga diseño de animal me gusta, lo quiero y lo necesito.
8.- He contagiado mi amor a mis cercanos. Al punto de que se han metido en problemillas por defender a un animal en peligro. ¡Skater, a ti te saludo! ¿Cómo va ese chichón?
9.- Para mí una persona que no respeta a los animales no cabe en mi círculo personal y no existe en mi vida.
10.- Llevo tatuado un reconocimiento a mi primera compañera perruna.