Por Tania Yesivell desde Honduras
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Duele dejar atrás.
Es más sencillo que esperar, pero no es en realidad sencillo.
Sobre todo cuando intentas dejar atrás a una persona a la que casi amabas -pero no todavía- porque estaba ahí cada vez que te divertías. Y cada vez que vuelves a ese sitio feliz tienes que recordar cada risa, cada grito de alegría, cada... Tienes que recordarlo a él.
Siempre hay recuerdos, por supuesto, pero ¿todos? Es demasiado. A veces pasa, que compartimos media vida con alguien que no sabe corresponder a nuestro afecto. Pero, ¿qué es esto? ¿Qué es compartir todo con alguien a quien no amaba?
Es esa la pregunta me quitará el sueño el resto de mi vida. No el por qué de su llegada, o el de su partida. No. Esas son cosas que no necesitan un motivo.