Por La Churro desde Chile
Esta sequía camística ha sido tan traumática que hasta tuve tiempo de contar cuantos días de abstinencia llevo. 78 largos y tortuosos días.
En mis actividades de abstemia sexual (no precisamente por opción) me dediqué a una actividad muy manflinflera, en el sentido literal de la palabra. Una noche solita, viendo porno y masurbándome. Nunca me he sentido atraída por este rubro artístico, pero en la abstinencia todo vale. Y en este ocio viendo a tanta gente empelotada, la "trama" dejó de calentarme y me ocupé en hacer un profundo análisis para detectar por qué nunca me han gustado estas producciones, y así llegué a mi listado de lo que me perturba de las porno.
1. Me afectan profundamente las uñas de las actices del rubro. Todas con una impecable manicure francesa, sobre unas uñas acrílitas del terror. ¿Cómo pueden masturbarse con esas uñas de 7 centímetros de largo? No puedo concentrarme pensando en el estado de sus pobres vaginas rasguñadas.
2. Odio la música de fondo que les ponen mientras tienen sexo. Ese saxofón mezclado con teclado electrónico... no resiste mayor análisis. La falta de glamour y el cliché ochentero-noventeto en su máxima expresión.
3. Siempre me intriga porqué las actrices porno tienen los pezones tan feos. ¿Será que se van deformando entre tanta silicona, toqueteo y chupones?
4. ¿Quién será el peluquero y maquillador de esas producciones? Porfa que alguien me de su dirección para ir a abofetearlos. Ellos siempre con un pelo corto y engominado muy caballeritos. Ellas, con el Blondor en su máxima expresión y un volumen que es un exceso, incluso para Farrah Fowcett en sus mejores tiempos. ¿Por quélas actrices porno siempre se delinean los labios por fuera de su contorno? ¿Será para que se vean más suculentos? Ese truquito hace rato que quedó out, y peor aún en ellas, que aman los tonos vinosos y morados.
5. Odio ese "fade" cuando tienen un orgasmo. Se enfocan en las caras de ellas y la cámara hace un movimiento extraño con unos efectos tipo Power Point. ¡Del terror! Infaltable la siguiente escena de la cara de ella o él (depende quien sea protagonista) con una sonrisa de placer y los ojitos cerrados, para luego abrirlos y poner cara de sorpresa al ver que su compañero de cama ha desaparecido misteriosamente. Un clásico.
6. Nunca he visto una actriz porno que tenga lindo poto. Creo que es el efecto hilo dental, que hace que el trasero se les vea alargado y plano. Chiquitas, si la producción exije colaless, mejor usen el tipo gaviota, que les delimita las nachas no tan abruptamente, dándoles una forma redondeada, y así las hace más suculentas.
7. Me carga tanto strass en las protagonistas. Tanta joya rasca que usan para tener sexo las lindas. Y combinado siempre con unas impecables plataformas blancas. Nuevamente la onda ochentera-noventera que me perturba.
8. Díganme si no envidian a todas esas yeguas perfectamente depiladas. Quien puede concentrarse en otra cosa que no sea maldecir a esas pieles lampiñas.
Y a pesar de mi maratón manflinflera, siguen sin gustarme las porno. Quizás la solución es comenzar a ver porno de calidad y no esas chulerías del I-Sat.